OCHOCIENTOSMIL MILLONES DE EUROS

 

Parece que era hace cuatro días cuando este juntaletras sirvió a ese difuso ente al que llamamos Patria (aunque sin demasiado ardor guerrero, lo reconozco) allá por los míticos ochenta. Han transcurrido nada menos que cuatro décadas desde entonces y salvo mis canas, mi alopecia y mis huesos quebradizos, creo seguir siendo ese mismo muchacho de entonces. Sin embargo, cuando me miro al espejo, me pregunto dónde ha ido a parar aquel soldado que vestía de azul y se debatía entre el estudio y el trabajo haciendo “la mili” junto a mis compañeros de filas. Por aquel entonces todos los jóvenes entre dieciocho y veinte debíamos cumplir con ese “derecho y deber de defender España”, según reza el artículo 30 de la C.E.

Tal día como el 1 de enero de 2001, el gobierno de turno decidió exonerar a los varones españoles de ese compromiso y las FFAA , tras la aprobación de la Ley 17/1999 conocida como Ley de Suspensión del Servicio Militar Obligatorio, el ejército pasaba a convertirse en profesional. Reconozco que para muchos chicos, el año de Servicio Obligatorio suponía un obstáculo para sus avances personales o profesionales, ya que significaba una separación obligatoria de familia, trabajo o estudios. Sin embargo, a otros diría que les venía bien, y hablo por casos concretos de compañeros. Comprobé como algunos procedentes de ciertos entornos rurales o marginales salían de ellos y descubrían ante ellos un mundo desconocido lleno de posibilidades entre obediencia y disciplina castrense. Algunos aprendieron oficios u obtuvieron sus permisos de conducción y otros descubrieron su vocación militar, aunque la mayoría pasamos sin pena ni gloria esos meses de “vacaciones” pagadas por el Estado esperando acabar para volver a la vida civil.

Han pasado muchos años desde eso y también desde que entramos en ese ente abstracto, difuso y falaz que es Europa. España a día de hoy ya no es soberana y ahora ordenan desde la OTAN acopiar un Kit de supervivencia para 72 horas, para acojonarnos y así desembolsar sin dolor y por nuestra seguridad (preparad la cartera) hasta ochocientosmilmillonesdeeuros que, por supuesto, hemos de sufragar entre todos europeos a la voz de ¡Ar! para defendernos por decisión de esos que se han erigido como nuestros representantes y salvadores. Con esa saneada cantidad (sin merma en el gasto social, claro) compraremos a los americanos medios de defensa y seguridad que van a ser manejados por… Vaya no habíamos caído en ello: no tenemos suficiente personal en el ejército ni mando común coordinado para tan elevada iniciativa.

Pues bien, muchachos españoles, “ataos los machos” que “pintan bastos”, es posible que el siguiente paso (ojalá me equivoque) será el toque a filas como ya están haciendo en algunos países nórdicos.

Temblad rusos, temblad.

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